Entiende tus gastos: analiza cuánto gastas mensualmente en vivienda, ropa, entretenimiento, transporte, comida, diversión, etc.
Recorta gastos innecesarios: esos antojitos del día a día pueden ser una fuga masiva de dinero a fin de mes.
Organiza tus pagos: si te retrasas en los pagos de las facturas, puedes verte afectado por multas o recargos. Crea un calendario de pagos o prográmalos automáticamente desde tus productos financieros.
No aparentes: no gastes más de lo que puedes, algunas veces es necesario quedarte en casa.
Ten un fondo de emergencia: guarda un poco de tus ingresos mensuales. Esto te permitirá hacerle frente a situaciones imprevistas sin tener que pedir prestado
Fuente: Asobancaria