Metas estratégicas
Planea con tu pareja objetivos financieros de corto, mediano y largo plazo y definan como los van a alcanzar. Ambos deberán comprometerse para garantizar el cumplimiento de las metas.
Ahorro e inversión
Cada uno debe ahorrar por lo menos el 10% del valor total de sus ingresos. Sin embargo, no hay que dejar quieto el dinero. Los Banco y entidades financieras cuentan con diferentes opciones dentro de su portafolio para poner a rendir la plata. Recuerda, el ahorro periódico debe estar incluido dentro de tu presupuesto familiar.
Presupuesto
Revisa con tu pareja los ingresos y obligaciones comunes y establezcan, entre los dos, un nuevo plan de gastos y estrategias de ahorro a través de un presupuesto mensual, donde contemplen los gastos compartidos (por ejemplo, los de vivienda) y los gastos personales (como la gasolina o el celular). Así pueden conocer que cantidad de dinero necesitan cada mes para consumo propio, y que monto pueden destinar al fondo común.
Esto les permitirá ahorrar y vivir tranquilos, pues las inversiones y ahorros se sustentaran de acuerdo con la capacidad financiera de ambos.
Construye un patrimonio familiar
Prevén cualquier eventualidad. Además de tener un fondo de emergencias, es bueno adquirir seguros médicos y de vida, junto con los seguros que aseguran tu vivienda.
Haz cálculos
Ten una cuenta común para los gastos, en la que cada uno pone la mitad del dinero o distribuyen responsabilidades específicas.
Costos | $ | Responsable |
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Arriendo y administración | ||
Servicios Públicos: agua, luz, gas, teléfono | ||
Alimentación | ||
Transporte | ||
Salud | ||
Educación | ||
Servicios de limpieza | ||
Vestuario | ||
Diversión y ocio | ||
Imprevistos | ||
Otros | ||
TOTAL GASTOS |
Finanzas compartidas
Acuerda con tu pareja como van a compartir los gastos del hogar. Por ejemplo, tu puedes encargarte de los servicios públicos y el mercado y tu pareja ser responsable del pago del arriendo.
Cuentas bancarias
Definan juntos cuanta autonomía financiera tendrá cada uno. Hay posibilidades de que tengan cuentas bancarias separadas o una conjunta. Esto generará una serie de responsabilidades, según como se establezca la organización financiera y les permitirá controlar el flujo de efectivo de acuerdo a sus necesidades.